Das experiment ¿Eres lo suficientemente fuerte?

[...]

Lo tenía entre mis manos, lo apretaba fuerte, tan fuerte lo apretaba que las venas de mis manos casi reventaban, pasaban mil cosas por mi cabeza, quería matarlo, él despertó en mí los instintos animales que nadie más había logrado sacar, veía su cara y de pronto sentí como si a través de mis venas corriera la vida que a él se le escapaba y en ese momento supe que era su fin ¿ de verdad valía la pena que me llenara las manos de sangre?... después de hacerme esa pregunta pensé: si lo hiciera ¿no sería yo el mismo tipo de persona que él? ¿Dónde quedó la razón?..
Quería soltarlo pero mis manos lo sujetaban tan fuerte que parecía que no podía dar marcha atrás, esos segundos en los que él se debatía entre la vida y la muerte y yo entre la razón y mi instinto me parecieron los más eternos y largos de mi vida y entonces… desperté
¿Eres o suficientemente fuerte?
Día uno:
Me miré en el espejo y, de alguna forma tuve un presentimiento, no es que yo crea en eso pero, sentí algo que nunca antes había sentido y, entonces, supe que éste no sería un día como cualquiera.
El anuncio del periódico decía: “el gran experimento requiere de su participación, si tiene más de 25 años y menos de 50 preséntese con una identificación y dos fotos tamaño infantil, el experimento dará comienzo el día de hoy y el plazo máximo para registrarse será hoy a las cinco de la tarde en el Centro de Investigación y Recopilación de Datos de la Nación ubicado en la calle… $40,000.00 libres de impuestos
3:30 pm
Estaba justo enfrente de aquel edificio, de alguna manera nada podía ser tan malo 40 mil pesos no le pueden hacer daño a nadie, ¿Qué más daba? Solo serían nueve días…
Una vez que entré en aquel edificio comencé a percibir aquel olor tan extraño, era algo muy parecido al aroma de un nuevo sillón de piel. El aire acondicionado lastimaba mis ojos, el piso brillaba y mis zapatos rechinaban cada vez que daba un paso, perdido en aquel fenómeno tan curioso no me di cuenta de quien estaba frente a mí. Levanté la mirada y la vi, era la misma chica de mis sueños, la misma de hace algunos días en el café, la misma que tuve en mi cama a ayer y luego se fue, era ella. Nos miramos por largo tiempo [que en realidad fueron unos segundos]y luego, de nuevo, se fue… para cuando reaccioné ya ni siquiera podía verla dentro de mi campo de alcance.
-está adentro señor Schindler -dijo ella
Entré por primera vez a las instalaciones de donde, sin esperarlo, iba a querer salir muy pronto.
Mi celda era la número 13 y mi número de identificación el 77, siendo sincero, me parecía mejor… mi nombre era horrendo
Día dos:
Lo único en lo que pensaba era en ella… estábamos los dos abrazando nuestros cuerpos desnudos y yo, como de manera omnisciente, podía verlo todo.
-esto es solo una pequeña prueba-dijo ella
Me hallaba en un cuarto obscuro, había una pantalla frente a mí, unos cables estaban conectados a mi cabeza, unas agujas de registro atravesaban mi cráneo, mis manos estaban atadas a una silla, estaba sudando y estaba solo, una voz dentro del cuarto me decía si estaba bien, yo no contestaba…
5:30 am
Conocí a uno de mis compañeros de celda, el número 38, me parecía muy extraño, no hablaba
Estábamos en el comedor, uno de los guardias daba indicaciones y el hombre de enfrente parecía estar preocupado.
-tomate la leche- le dijo el guardia.
Tomé su botella de leche y la bebí toda, hasta la última gota, miré al guardia y luego seguí comiendo
Las cosas no andaban bien, lo que había hecho no iba a quedarse así.
11:30 pm
1, 2, 3, 4, 5, 6, …99, 100. Habíamos terminado el castigo, cien lagartijas. El 38 y el 69 [mis compañeros de celda] habían tenido que pagar también por mi.
Día tres:
La besaba, tocaba su piel, mordía sus labios y cerraba los ojos.
5:30 am
De nuevo en el comedor.
El hombre de la leche. Estiré mi mano y tome dentro de ella la botella de leche. El guardia me miró fijamente y luego la arrebató de mi mano, se dirigió al número 82 y dijo: “la leche, numero 82, no te la tomaste. Más vale que lo hagas o tendrás que empezar a hacer algunas lagartijas”
Me levanté de mi silla, me puse pecho tierra y comencé: 1, 2, 3,...Los demás reos me siguieron: 4, 5, 6, 7,… [Voces a coro]
11:59 pm
Aun seguía el disturbio, la rebelión apenas comenzaba o por lo menos, eso era lo que todos creíamos…repentinamente los doce guardias entraron con extintores en la mano, abrieron una por una las celdas y apuntaron… una hora después todos estábamos desnudos, cada quien en sus celdas, sin camillas y en medio de la oscuridad, muriendo de frio. Yo estaba esposado en medio de todo aquel circo y fue ahí donde, por primera vez, había aparecido la figura de Berus
Ya antes lo había observado, era demasiado nervioso y tenía una mirada extraña…un día, noté que tocaba sus manos de una extraña forma, como queriendo deshacerse de algo, después tomaba un vaso de agua.

Día cuatro:
Después de aquella noche inolvidable a su lado, no comprendía porque me había dejado solo, no me quedó más de ella que el recuerdo de su imagen y su olor.
5:30 am
-¡Buenos días caballeros! Creo que nadie quiere repetir lo de anoche. Aun nos quedan cinco días así que, sugerencia, nos mantendremos razonables…cobramos nuestro dinero y se acabó ¿de acuerdo? ¿O acaso a alguien le gusta el estrés? […]Bien ¿estás de acuerdo 77?-
De nuevo en el comedor
El numero 82 era obligado a tomar la botella de leche.
Repentinamente se levantó de la mesa y al terminar la botella, en un microsegundo su cuerpo no pudo más y vomitó
4:30 pm
Estábamos en horario de juego. En una esquina de la cancha estaba sentado el numero 82 y me dirigí hacia él. Su nombre era Schütte su sueño era tener un Ferrari ¿quién aguantaría tanto por eso?
¿Y yo? ¿Yo porque soportaba tanto?
6:30
Me descubrió. No mas mentiras, sabia quien era él y él sabía quién era yo.
Me pagaron por la historia, esa era mi respuesta; me infiltre de alguna manera y todo lo que sucediera, al salir de aquí, se sabría.
Mis sospechas habían sido confirmadas numero 38 Steinhoff. Fuerza aérea, Mayor. Su misión, al igual que la mía, era observar y reportar.
8:30 pm
No estaba dispuesto a soportarlo mas, era una cuestión de orgullo. En cuanto se acercó a mi me dispuse a ridiculizarlo, lo tenía frente a mí.
-Sr. Guardia de prisión Berus, tengo una pregunta. Con lo de ayer ¿se excitó? Lo vi claramente ¡Tú y todos los de tu clase son unos gays! Y otra cosa más Sr. guardia de prisión…Tiene un olor muy fuerte. ¡Si, apestas! Existe una cosa que la gente llama jabón, si lo usaras, no apestarías. Aunque leí que algunos no les funciona-
-¡Cállate!-dijo- y abrió imponentemente la reja de mi celda.
-Eso es, pégame nena, pégame y te sacan de aquí.
11:59 pm
Abrí los ojos y ahí estaba él. Me puso una cinta en la boca, en los pies y las manos, todos ellos me llevaron hasta un cuarto apartado, me ataron a una silla y me rodearon. El se acerco a mí, era Berus y todos los demás guardias. Uno a uno pasaron, me raparon y estando yo en el suelo, orinaron sobre mí.
-y ahora ¿quién es el que apesta?-dijo
Bosch me llevó a mi celda y me dio un cigarrillo.
Día cinco:
Estábamos uno al lado del otro, curaba su herida; me acerque a ella y nos besamos. Unos minutos después estábamos entre las sabanas.
5:30 am
-los guardias nos dijeron que quería marcharse ¿es eso cierto?-
Tonterías
12:40
El numero 69 tuvo un ataque de pánico. Quiso salir, no lo dejaron.
Después de eso entre los guardias se le conoce como “el mariquita”
La tensión incrementaba.
5:50 pm
En el medio de todo estaba el numero 69 desnudo y con un letrero de “mariquita” en la espalda.
Nadie aguantaba más el numero 63 tuvo un ataque , se volvió loco, ataco a algunos guardias
11:40 pm
No soportaba mas , comencé a sentirme mal, la cabeza me daba vueltas, mi respiración se acelero, era un ataque de pánico.
Minutos después el no. 69 regreso a la celda.
Día seis:
Mis dedos acariciaban su piel y bajaban lentamente por su cuerpo, la veía cerrar los ojos y subir al paraíso.
5:15 am
Aun en la camilla.
Un liquido cayó sobre mí, en la litera de arriba el no. 69 se había orinado
5:30 am
Había algo nuevo. Delante de mí, desde mi celda, podía ver una caja negra, como una bóveda, una prisión de castigo…
11:30 pm
Nuestra sirvienta desnuda
Limpié cada uno de los retretes con mi bata, al terminar la usé.
¿Quién s el que apesta ahora?
Impotencia.
3:30
Era el dia de visitas. De la nada apareció Dora, era ella, la de mis sueños, la de mis recuerdos ¿coma llego hasta aquí?
9:30 pm
Las cosas se complican.
Bosch es golpeado por los guardias y pasa de ser guardia a reo.
10:00 pm
Los guardias me golpean. Schütte intenta defenderme. Berus lo golpea fuertemente con la macana en la cabeza. Schütte cae desmallado. Minutos después despierto con un fuerte dolor de cabeza dentro de la caja negra.
A los 8 años mi padre me encerró en un cuarto oscuro, todo un día. Sentí mucho miedo ahí dentro; llore, gemí y suplique durante horas. Mi madre no se atrevió a liberarme. Al cabo de un tiempo quedé sin fuerzas para seguir gritando y todo permaneció en un profundo silencio. Pensé que moriría.
Me sentía indefenso, la desesperación ahí dentro me absorbía, el tiempo parecía eterno. Dentro de mi desesperación ahí dentro encontré un fierro suelto, traté de abrir con ella la caja. Pasaron varias horas y no lo conseguía.

Logre salir. Todo era un caos. Los guardias habían tomado el control por completo.
Schütte estaba atado a una silla, inconsciente, la sangre escurría de su cabeza y un charco enorme se había formado debajo de él.
Solo estaba un guardia presente cuando salí. Lo golpee, abrí las celdas y con ayuda de Steinhoff y la doctora Jutta, que segundos antes había sido atacada sexualmente por él, lo sacamos del juego.
Schüte estaba muy mal. Traté de ayudarlo, lo liberé pero, ya era demasiado tarde. Había muerto
Hallamos una salida. Unos túneles que nos llevaban a la escuela de medicina.
Corrimos y corrimos, no había mucho tiempo antes de que los demás guardias se dieran cuenta.
Ya venían muy cerca de nosotros Steinhoff y yo nos apartamos del grupo; a los demás los atraparon.
Creíamos haberlo logrado y de la nada enfrente de nosotros, apareció Berus y tres guardias más.
Berus y yo quedamos frente a frente. Detrás de nosotros Steinhoff se enfrentaba a los otros tres. Berus me golpeo por detrás en la cabeza y en un arranque de furia lo arroje contra el piso, lo golpee con todo lo que encontré, y por un momento pensé que lo tenía sometido.
Se oyeron dos disparos y cuando di la vuelta para ver que había pasado… ahí estaba dora, con la pistola en mano y gritando “¡ya basta!”. Steinhoff estaba en el suelo esposado a una columna, solo había un guardia mas y trato de acercarse a ella.
Sin dudarlo dora disparo tres veces y lo hirió, el guardia huyó.
Berus se acerco a mi con un cuchillo en la mano y forcejeamos, me hirió, después soltó el cuchillo.
5:40 am
Lo tenía entre mis manos, lo apretaba fuerte, tan fuerte lo apretaba que las venas de mis manos casi reventaban, pasaban mil cosas por mi cabeza, quería matarlo, él despertó en mí los instintos animales que nadie más había logrado sacar, veía su cara y de pronto sentí como si a través de mis venas corriera la vida que a él se le escapaba y en ese momento supe que era su fin ¿ de verdad valía la pena que me llenara las manos de sangre?... después de hacerme esa pregunta pensé: si lo hiciera ¿no sería yo el mismo tipo de persona que él? ¿Dónde quedó la razón?..
Quería soltarlo pero mis manos lo sujetaban tan fuerte que parecía que no podía dar marcha atrás, esos segundos en los que él se debatía entre la vida y la muerte y yo entre la razón y mi instinto me parecieron los más eternos y largos de mi vida.

Steinhoff puso la manos obre mi hombro y dijo “basta, se acabó, todo se acabó”.
Todo se había terminado.
Dos muertos, tres heridos, entre ellos el líder del proyecto, el profesor ton. Y un detenido, Berus.
Después de todo estaba ahí, con ella, sentado, con el viento chocando contra nosotros.
Veíamos el mar, volteamos los rostros y por unos segundos…sonreímos