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Siento inalcanzable el hecho de tenerte junto a mí. Has vuelto en alguno de mis sueños, en todos ellos he de decir…pero éste, éste es el más real, estas a escasos dos metros de mi, logro ver de nuevo tu rostro, aquel rostro que me enamora, cada vez que te veo es como si nuestra historia comenzara de nuevo, con la única diferencia de que yo te conozco de toda la vida ¿Por qué me dejaste? Yo hubiera dado todo por ti, hubiera incluso, llegado al fin del mundo, ¿Por qué? Porque, si yo te amaba tanto…
Mi vida ha estado llena de mujeres, de deseos, de bajos instintos, pero jamás… jamás de amor. Tu eres la única diosa, la dueña de mi corazón; porque una parte de mi vive cuando estamos juntos y muere cuando te vas. Jamás he dejado de quererte, de amarte…jamás
Hablare de ella, es la mujer con la que he vivido hace años, de alguna manera sentí que el tenerte de nuevo a mi lado era completamente imposible, ella es linda y , me ama, me ama perdidamente, con locura, no me puedo quejar. Cada mañana me despierta con un beso tierno y dulce y, en aquél momento en que los mortales se discuten entre el sueño y la realidad, pienso que eres tu, tus labios rosas y carnosos, extraño tanto aquellos besos…vainilla estelar, extasiante soplo de vida
Vuelve a mí, nos sabes cuánto espere, cuantas noches fingiendo dormir, no sabes que es morir después de ti, de la agonía, no sabes que es haber vivido dentro de ti alguna vez y haber tenido que morir después. Es tu sangre la que explota en mis venas y en mi corazón, vivir perpetúa que estas en mí. Tus labios me dan vida; tus ojos, tu cabello, destellos de una supernova, brillan y destellan luz, una explosión de estrellas en la vía láctea, piel dulce y suave, gloriosa, enardecidos deseos invaden mi sistema. Mi ser convulsiona, mi corazón se desangra y en soledad hipócrita sufro tu pérdida.
Todo este tiempo he pensado ¿tú me amabas? hubiese querido que me amaras por lo menos un poco, sé que me querías, pero nunca esperé que me amaras, de alguna forma, dentro de mí, siempre lo supe… y aun sabiéndolo te amé por sobre todas las cosas y aun después de tantos años, te sigo amando como el primer día…
¿necesita todo tener una explicación y un significado?
Estábamos los dos frente a frente, me veías a los ojos y me decías que estarías conmigo siempre, sin decir una sola palabra más, me abrazabas y, por un momento, el momento de nuestra vida, no me soltabas…De pronto el espejismo se rompió, tu ya no estabas ahí.
La imagen de aquella mujer a la que le había estado hablando, aquella que estaba a escasos dos metros de él se hacía cada vez más distante y, cada vez más, se hacía inalcanzable; la impotencia se adueñaba de él, trataba de acercarse a ella pero mientras más lo intentaba, mas lejos estaba
La imagen de aquel hombre al que ella le hablaba se alejaba, se perdía en el horizonte, cada vez más lejos, cada vez más inalcanzable mientras ella caía en un abismo profundo y negro.
Entonces él despertó y con una sonrisa, ella estaba ahí, a su lado, abrazándolo, profundamente dormida, serena. Suavemente le dio un beso en la frente y con delicadeza retiró su brazo de su pecho. Se paró y se dirigió al baño, se miro en el espejo tratando de reconocerse, tratando de descubrir si tenerla a su lado era realidad, lo recordó todo en un segundo, respiró profundo y luego se dirigió a la marquesina de la puerta del baño, y desde ahí, la miró. Hoy era el día y ella yacía inmóvil, recostada sobre el colchón de su alcoba, un silencio inquietante y denso llenaba el lugar, parecía estar muerta, dormía tan profundamente tal y como nunca lo había hecho. El la miraba con ternura y sin hacer el más mínimo ruido conforme se acercaba a ella. Se sentó a su lado en el colchón y, lentamente se fue acercando a su oído, sintió su respiración, respiraba su olor, tocaba su cabello suavemente, con delicadeza, la miraba como si fuese la primera y la última vez. Luego…quedó tan cerca que parecían ser uno mismo, una misma respiración. Le susurró algo al oído:
-Anoche tuve un sueño sobre ti, en este sueño solo estábamos los dos, frente a frente, entonces me veías y me decías que estarías conmigo siempre, sin decir una sola palabra más, me abrazabas y por un momento, el momento de nuestra vida, no me soltabas. Entonces desperté y con una sonrisa, estabas ahí, dormida a mi lado, abrazándome.
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